Las diapositivas siempre me recuerdan al colegio, donde por cierto las llamábamos “filminas” … filipinas, mandarinas, guachupinas. Aquello degeneró tanto que sólo lo frenó el imparable nombre de “diapos”.
De un laboratorio perdido en Finlandia llegaron a mi poder unas diapositivas que me inspiraron para crear una colección de broches.
Dentro y fuera: las dispositivas son como la vida … todo depende del cristal con que se mira. Estos son unos cristales muy peludos.
Es un formato ideal para reivindicar protestas o simplemente ser portador de noticias.
Y por supuesto, las dispositivas se pueden forrar con cualquier tela para hacer un kit a tu medida.
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